Muchos de los pacientes que acuden a una clínica dental lo hacen por padecer problemas en la mordida, lo que en muchas ocasiones deriva en un tratamiento de ortodoncia. Habitualmente se recurre a ella por cuestiones estéticas, si bien hay que tener en cuenta que una mala posición de los dientes puede derivas en problemas bucodentales. De ahí que sea importante conocer los diferentes tipos de mordida.

Tipos de mordida

Una mordida incorrecta puede provocar muchos problemas, por lo que es necesario conocer la correcta y la manera en la que puedes corregir una maloclusión en el caso de que la padezcas. Los tipos de mordida que existen son las siguientes:

Sobremordida

La sobremordida es uno de los problemas que afecta en mayor medida a la estética facial de una persona, ya que supone la superposición de los dientes anteriores de la parte superior sobre los frontales inferiores.

Este es uno de los tipos de mordida que se pueden solucionar tanto con ortodoncia hasta con cirugía.

Mordida cerrada

Esta mordida produce un desgaste en los dientes, que si es grave puede llegar a originarse un problema muy grave. El tratamiento habitual para este tipo de casos es la ortodoncia y el uso de coronas dentales o carillas.

También pueden ser adecuadas las carillas de porcelana y la adhesión dental, procedimientos que consiguen alargar los dientes anteriores. Cuando es necesario reposicionar la mandíbula se recurre a la cirugía ortognática.

Mordida cruzada

La mordida cruzada tiene lugar en aquellas ocasiones en las que los dientes inferiores se superponen a los superiores, siendo un problema que se puede producir tanto en los dientes anteriores como en los posteriores.

Este es uno de los tipos de mordida más evidentes, ya que esta provoca que la barbilla sobresalga. El tratamiento más indicado para corregirla es la ortodoncia, si bien hay que tener en cuenta que, en algunas ocasiones, cuando se trata de casos severos, puede ser necesaria una cirugía ortognática de manera complementaria.

Mordida abierta

La mordida abierta se produce en los casos en los que los dientes superiores e inferiores no se juntan, lo que puede originar problemas a la hora de realizar la mordida. Se da principalmente porque las muelas se unen antes, impidiendo que los dientes frontales se unan.

Este problema puede venir dado por factores hereditarios, pero también por diferentes hábitos como el chuparse el dedo, hacer presión sobre los dientes con la lengua, morder lápices, etcétera. Aunque muchos pacientes no son conscientes del programe, un síntoma es la dificultad que tienen a la hora de morder con los dientes anteriores.

Asimismo, puede provocar la protusión del labio superior, que hace que se tenga dificultad a la hora de cerrar los labios sin forzarlos.

Protusión

La protusión de los dientes anteriores, a lo que también se le conoce como “dientes de conejo” puede suponer un notable impacto sobre la sonrisa. En los casos más graves, el paciente puede llegar a tener dificultad o incluso incapacidad para cerrar los labios, así como otras deformaciones faciales.

Al igual que ocurre con el resto de tipos de mordida inadecuadas, la ortodoncia y la cirugía ortognática (en los casos más severes) es el tratamiento más indicado para hacerle frente.

Como se puede ver, la gran mayoría de las mordidas se puede llegar a corregir con un tratamiento de ortodoncia, si bien hay que tener en cuenta que hay casos en los que puede llegar a ser necesario hacer uso de un retenedor de por vida. Todo dependerá de cada caso en particular, por lo que tendrá que ser estudiado por el especialista para tomar una decisión al respecto. Asimismo, habrá que hacer un seguimiento acerca de la evolución de los tratamientos de ortodoncia.