El aliento es todo el aire exhalado por los pulmones, que puede salir por la boca o por otras cavidades como la nariz, los senos paranasales y la faringe. Normalmente, el aliento humano es inodoro o ligeramente perceptible por las personas que lo rodean. La halitosis, nombre científico del mal aliento, es una anomalía del aliento en la que se desprenden olores desagradables. Es el síntoma de algún problema de origen local, general, sistémico y/o emocional, es decir, es una señal de que algo no va bien en el organismo.

¿Qué causa la halitosis?

Hay varias causas relacionadas con la halitosis. Entre las causas generales, están las respiratorias (sinusitis y amigdalitis), las digestivas (erupción gástrica, tumores y úlceras duodenales), las metabólicas (diabetes, cambios hormonales) y las emocionales (estrés). Entre las causas de origen local, podemos citar la acumulación de placa dental, la caries y sus secuelas, las alteraciones gingivales y periodontales, las piezas protésicas deterioradas o mal adaptadas, la alteración en la composición y cantidad de la saliva y especialmente el cubrimiento lingual. El cubrimiento lingual es una capa de restos de comida, bacterias y células escamosas que se acumula en la lengua, dándole un aspecto blanquecino. Aproximadamente el 85% de los casos de halitosis son de origen local, relacionados con alteraciones orales.

¿Por qué la persona que tiene halitosis no suele conocer su condición?

Esto se debe a que el sentido del olfato, al igual que la vista, es susceptible de una gran adaptación. Al exponerse por primera vez a un olor fuerte, la sensación puede ser muy intensa, pero al cabo de unos minutos, el olor casi no se percibe. Así, las personas son incapaces de evaluar su propia halitosis.

¿Por qué es habitual que la gente tenga mal aliento al despertarse?

El mal aliento por la mañana se conoce como halitosis fisiológica. Se produce durante el sueño la producción de saliva cae a niveles mínimos, provocando la putrefacción de las células escamosas de la mucosa oral que permanecen en la boca, provocando un olor desagradable. A esto se suma el largo periodo sin ingerir alimentos, disminuyendo los niveles de glucosa en la sangre y dejando el aliento con un olor cetónico. Otra forma de halitosis fisiológica es el mal aliento temporal causado por algún componente específico de la dieta, como el alcohol, la cebolla y el ajo. La halitosis fisiológica es una condición transitoria, generalmente controlada con una buena higiene bucal. El gran problema es la halitosis patológica, que es intensa y persistente.

¿Cómo tratar la halitosis patológica?

El tratamiento debe basarse en la correcta identificación de la causa (o causas) que determina qué provoca el mal aliento para lograr su eliminación o atenuación.

Consejos rápidos para controlar el mal aliento

La higiene bucal es esencial para el éxito del tratamiento, con el cepillado, el uso del hilo dental y la limpieza de la lengua después de las comidas y al acostarse, evitando la acumulación de bacterias. Los enjuagues bucales pueden ser útiles para limpiar zonas de difícil acceso, como las amígdalas linguales. Hay que tener cuidado con los enjuagues bucales que contienen alcohol, porque pueden agravar la sequedad de boca y la sensación de ardor, y con los que contienen clorhexidina porque pueden manchar los dientes y provocar alteraciones del gusto si se usan indiscriminadamente. Además de los enjuagues bucales, los lubricantes orales y la saliva artificial pueden ser útiles en los casos en que la persona tenga una producción deficiente de saliva. Una forma sencilla de controlar el mal aliento es beber al menos dos litros de agua al día y evitar los ayunos prolongados. Por último, tener mal aliento no es normal, así que en caso de sospecha no dudes en contactar con nosotros.